Monumento a la Batalla de Kifangongo

El monumento a la Batalla de Kifangondo evoca la resistencia de los angoleños ante la invasión de las tropas de Zaire, que contaron con mercenarios de diversas nacionalidades que se unieron al Ejército de Liberación de Portugal (ELP), un grupo armado que operaba en Portugal, Angola y Mozambique para combatir la Revolución de los Claveles del 25 de abril de 1974, que finalmente logró derrocar la dictadura del país luso.

En las colinas de Kifangondo los angoleños escribieron una de las páginas más brillantes de su historia, cuando el presidente Agostinho Neto proclamó la independencia nacional.

Las tropas invasoras bombardearon las fuerzas que defendían Luanda, a ambas orillas del río Bengo y en las elevaciones de la región. Pero las fuerzas de Zaire no lograron pasar. La derrota de los invasores fue la primera piedra para construir la base de un nuevo país, y el monumento a la Batalla de Kifangondo recuerda al mundo que justo en ese lugar se inició la liberación del continente y el fin del régimen del apartheid de Sudáfrica.

Mufete (pescado fresco asado en parrilla de carbón)

HISTORIA Y GASTRONOMÍA VAN DE LA MANO

Kifangondo es un área de colinas, situado a 30 kilómetros de Luanda, y separada de la costa por un conjunto de lagos formados en la desembocadura del río Bengo. El más importante de estos lagos es el Panguila, un paraíso de cacussos y el pez gato, especies de agua dulce que se han convertido en el ingrediente principal de uno de los manjares más populares y deliciosos de la cocina angoleña: el mufete.

Se prepara asando los peces en parrillas de carbón, que luego se acompañan de judías al aceite de palma, plátano y yuca hervida. La harina de mandioca tostada, y una salsa a base de agua, aceite de oliva, cebolla picada, jugo de limón y pimienta caliente completan esta delicia que no debe dejar de probar ninguna persona que visite por primera vez Angola.

Kifangondo no sólo es conocido por su pescado: al tratarse de un área única de la rica cuenca de Bengo y la Tierra de Funda, el cinturón verde de Luanda, también abundan los pequeños mercados de agricultores. Allí, junto a los pescados frescos y ahumados (entre los que destaca el bagre), los agricultores venden frutas y hortalizas.

En toda la región, de Kifangondo a Funda, hay buenos lugares para comer, beber y comprar los productos de la tierra, los ríos y el mar.

En el camino entre Luanda y Kifangondo, se ve interrumpido por otra ciudad que forma parte del centro turístico de la región: Cacuaco, que se extiende a lo largo de una hermosa bahía. Las playas al Barra do Dande, hacia el norte, son unas de las más bellas de la provincia de Luanda, y algunos están en estado salvaje. Toda la costa angoleña, hasta Ambriz (Bengo) cuenta con lugares de rara belleza y gran biodiversidad.

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