Memorial a la Batalla de Cuito Cuanavale

23 de marzo de 2020

Batalla de Cuito Cuanavale, 32 años después

El fin del régimen de segregación racial que estaba en vigor en Sudáfrica, la liberación de Nelson Mandela y la consiguiente independencia de Namibia son los principales logros de la batalla de Cuito Cuanavale, que este lunes marca su 32 aniversario.

La batalla de Cuito Cuanavale, que tuvo lugar entre el 15 de noviembre de 1987 y el 23 de marzo de 1988, es considerada por políticos e historiadores como el comienzo de un giro a favor de la paz y la liberación en el sur de África.

Después de tres décadas, y en una demostración de su aprecio y honor, a la memoria de todos los que lucharon en la Batalla de Cuito Cuanavale, la fecha se celebra por segunda vez como fiesta nacional en Angola y simultáneamente en la región de África del Sur por los países que forman parte SADC.

Considerada hasta hoy una de las mayores confrontaciones militares de la guerra post-angoleña, fue la batalla más larga en el continente africano desde la Segunda Guerra Mundial.

Ambas partes del conflicto (Angola / Sudáfrica) obtuvieron la victoria, pero los africanos que alguna vez fueron oprimidos fueron los ganadores.

Para algunos analistas, los hechos históricos no deben negarse, ya que sirven para reflexionar sobre los errores del pasado, para que no vuelvan a comprometerse en el presente.

No cabe duda de que el 23 de marzo cambió la geografía política de la región del sur de África, de no haber sido por esta batalla, seguramente los sudafricanos no habrían dado la independencia a Namibia.

Guerra e historia

El lugar de la batalla fue el sur de Angola, en la región de Cuíto Cuanavale, provincia de Cuando-Cubango, donde los ejércitos de Angola (FAPLA) y Cuba (FAR) se enfrentaron contra UNITA (Unión Nacional para la Independencia Total de Angola) y el ejército de la potencia militar regional más grande, Sudáfrica.

El 23 de marzo de 1988 marca el final de la Batalla de Cuito Cuanavale, convirtiéndose en el punto de inflexión de la guerra que había estado sucediendo durante años, alentando un acuerdo entre sudafricanos y cubanos para retirar las tropas.

La firma de los Acuerdos de Nueva York condujo a la implementación de la resolución 435/78 del Consejo de Seguridad de la ONU, que condujo al retiro de las fuerzas cubanas de Angola, la liberación de Nelson Mandela y la independencia de Namibia.

En el teatro de operaciones

Transformado en un "auténtico infierno", en el pueblo de Cuíto Cuanavale, las áreas residenciales y las posiciones de la FAPLA fueron fuertemente atacadas con artillería de largo alcance G-5 y G-6 (una pieza de artillería que tiene una cadencia de fuego de tres minutos ), así como aviones guiados cargados con toneladas de explosivos.

Las fuerzas sudafricanas también tenían, a su favor, un Centro de Corrección de Incendios (CCF), desde el cual podían monitorear fácilmente, con la ayuda del satélite, todo el movimiento de la población y las unidades de las tropas gubernamentales. La FAPLA respondió como pudieron.

La defensa de la FAPLA residía en la artillería antiaérea, con énfasis en los lanzadores de misiles inteligentes Osaka y CD-10, y la artillería terrestre, con el lanzacohetes múltiple BM-21 (órganos Staline), los cañones C-130mm y el D-30 mm.

En la aviación, los cazabombarderos Sukoy-22 y 25 fueron detenidos, así como el Mig-23 (con la entrada de este caza en la escena, la Fuerza Aérea de Sudáfrica perdió su supremacía en los cielos del sur de Angola).

Memorial honra a los héroes

Para honrar la memoria de todos los que lucharon en la Batalla de Cuito Cuanavale, el Gobierno de Angola construyó, en un área de 3,5 hectáreas, un conjunto escultórico con el objetivo de "eternizar" el sacrificio de los miles de angoleños que lucharon contra las tropas del régimen del apartheid.

El imponente edificio, de unos 35 metros de altura en forma de pirámide (referencia explícita al Triángulo de Tumpo, sitio de la última batalla) erigido en un área total de 3.5 hectáreas, a la entrada de la sede del municipio de Cuito Cuanavale, simboliza la memoria y la valentía de los héroes de la batalla de 1988.

La infraestructura consta de dos plantas, una terraza y sostenida por tres vigas de hormigón armado. Está equipado con un ascensor capaz de transportar a cinco personas.

Justo en la entrada del patio del monumento histórico, hay dos estatuas de soldados, uno de los antiguos Fapla y el otro cubano, con los puños levantados en la victoria.

En el mismo perímetro, hay una biblioteca y un museo, en este último hay armas capturadas durante los combates y el material utilizado por las extintas Fapla y las tropas cubanas.