4 de Julio de 2025

La conferencia sobre financiación concluye con la adopción del Compromiso de Sevilla

Sevilla (Del Enviado Especial) - La IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo (FFD4) adoptó este jueves el “Compromiso de Sevilla”, al término de sus trabajos iniciados el lunes en esta ciudad española.

En el documento, los Jefes de Estado y de Gobierno abogan por un cambio de paradigma en la financiación y la cooperación internacional basado en la Agenda de Acción de Addis Abeba, el Consenso de Monterrey y la Declaración de Doha.

Se basa en cuatro pilares, a saber: la prevención de crisis mediante una buena gestión y transparencia, el alivio de los costes de financiación, mecanismos de reestructuración más justos y rápidos y evaluaciones de sostenibilidad más objetivas y orientadas al largo plazo.

Como parte de sus acciones, también deberían centrarse en esfuerzos para impulsar la inversión en desarrollo sostenible, que debe articularse en torno a recursos, políticas y planes públicos.

Destaca que la Agenda de Acción de Addis Abeba pone de relieve el papel esencial de las políticas públicas y la movilización y el uso eficaz de los recursos públicos nacionales para financiar el desarrollo sostenible.

En cuanto a la actividad financiera y comercial privada nacional e internacional, sostiene que la inversión y la innovación son los principales impulsores del desarrollo sostenible, el crecimiento económico inclusivo, las transiciones digitales y la creación de empleo decente, y pueden desempeñar un papel catalizador en estos ámbitos.

Respecto al comercio internacional como motor del desarrollo, destacan que es un motor del crecimiento inclusivo y de la erradicación de la pobreza, contribuyendo además a la promoción del desarrollo sostenible.

Sin embargo, llama la atención sobre el hecho de que el sistema multilateral de comercio está cada vez más amenazado, con restricciones comerciales, incluidos aranceles incompatibles con las normas, principios y compromisos de la Organización Mundial del Comercio, que aumentan en todo el mundo en medio de las crecientes tensiones comerciales y el estancamiento de las negociaciones multilaterales.

Al abordar la deuda y su sostenibilidad, en medio de sucesivas crisis, desastres y shocks climáticos y de otra índole, destaca que los desafíos de la deuda soberana se han convertido en uno de los mayores obstáculos para lograr el desarrollo sostenible.

Destacaron que, si bien los acreedores multilaterales han aumentado los préstamos concesionales en respuesta a estas crisis, muchos países en desarrollo enfrentan elevadas cargas del servicio de la deuda y costos de financiamiento, lo que limita gravemente su margen fiscal y su capacidad para combatir la pobreza y la desigualdad e invertir en el desarrollo sostenible. Si bien se han logrado ciertos avances en la reforma de la arquitectura de la deuda soberana, consideran que aún queda mucho por hacer.

Respecto de la arquitectura financiera internacional y las cuestiones sistémicas, se destaca la importancia de seguir reformando la gobernanza económica mundial y fortalecer el papel de liderazgo de las Naciones Unidas en la promoción del desarrollo, a fin de lograr una arquitectura económica y financiera internacional más fuerte, coherente e inclusiva.

El Compromiso de Sevilla, al abordar las cuestiones relacionadas con la ciencia, la tecnología y la innovación, destaca que estas avanzan a una escala y un ritmo sin precedentes. Sin embargo, añade que la capacidad de los países en desarrollo para aprovechar al máximo su potencial e impulsar el desarrollo sostenible es limitada..

Se suma a la profunda preocupación las crecientes brechas en innovación, producción, conectividad y acceso a la tecnología, incluidas las tecnologías de la información y las comunicaciones; la falta de infraestructura digital, datos y bienes públicos digitales; la limitada capacidad nacional; y el limitado apoyo internacional, combinados con una asignación ineficiente de fondos, que han resultado en la persistencia de desigualdades digitales entre los países y dentro de ellos.

El objetivo de este compromiso es implementar las decisiones adoptadas en las tres conferencias anteriores, para que los países en desarrollo puedan lograr un desarrollo sostenible en consonancia con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y la Agenda 2063 de la Unión Africana.

También pretende crear un nuevo orden financiero mundial que responda de manera justa y eficaz a la creciente crisis de deuda en el continente africano, ya que la arquitectura actual del sistema financiero y de la cooperación internacional parece estar penalizando a los países en desarrollo.

El primer día de la conferencia, en su calidad de Presidente de Angola y de la Unión Africana, João Lourenço abogó por la definición de mecanismos más ágiles y funcionales para movilizar recursos financieros para afrontar los desafíos recurrentes que enfrentan los países en desarrollo.

Señaló como desafíos las crisis climáticas, las fluctuaciones en los precios de las materias primas, la erosión de la confianza en el sistema multilateral y la carga insostenible de la deuda soberana, que consume más recursos que los asignados a la salud y la educación en conjunto y limita drásticamente el margen de maniobra para financiar el desarrollo.

Afirmó que esta situación constituye un claro obstáculo para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 y el cumplimiento de la Agenda 2063, que expresan el compromiso común de construir un mundo más justo, inclusivo y resiliente. SR/SC.